Me
gusta el caos de libros en mi casa
Uno
está sentado en la mesa del comedor y encuentra un poemario de Chicangana para
acompañar la cena
En
una habitación duerme Hahn y en la otra un montón de desapariciones de Auster
Cuando
quiero pasar la enfermedad
voy
a la caja en el estudio y saco un Playstation de la Perirossi que habita al
lado de Emily en algún lugar de Spoon River
Este
sitio es un refugio de voces que se instalan en su propio estante
A
veces llega algún perdido Buck o Gélman a tocarnos la puerta
Los
hacemos pasar mientras recitan versos entre colegas
Con
tal familiaridad como si se debieran una cita en la vejez
Esperamos
con ansias que alguien golpee la aldaba
No
se sabe qué ángel de palabras pueda rejuvenecer nuestro orden
Hacernos
comenzar de nuevo en la cocina guisando una cancioncilla de García Marrúz o
atándole los cordones a algún otro cubano
A,H,G.