miércoles, 12 de diciembre de 2012

ABRIENDO LAS ALAS


Es difícil desde aquí.
Pareciera que hacia atrás se borró todo y donde voy está empezando a salir una ciudad desde el agua.
Cada célula del cuerpo palpita dejándolo sobre la quietud del aire
Miro de nuevo  mi espalda y empiezan a brotar un par de plumas y luego otras y luego las espirales sobre todo el contorno, hacia adelante hay un infinito y el mundo se vuelve una hoja de carga para las hormigas.
¿Debo hacerlo ahora? Sí, es el tiempo se abre primero una, luego la otra, se sacuden los brazos me alisto frente al sol que es mi propio centro y me despliego.
El túnel se abre y todos los borrones se van, fotografías del pasado que una vez pretendí mantener fijas para acordarme de quien era, me abandonan ahora para empujarme a quien quiero ser realmente. Van rodando mientras sigo hacia el frente.
Hace frío y se abre ante mí una nueva foto que alguien tomará mientras camino por la playa de la mano de un niño pequeño da sus primeros pasos, él va desnudo con sus tenis, nos veo de espaldas, oigo la voz de su padre, no hay sentimiento más tranquilo que la brisa salada corriendo en remolinos sobre mi cabello.
Sigo dejando atrás las fotos y aparece la instantánea de la mujer que soy en la tarima frente al público aquella que lleva la voz de los príncipes y la humildad de los dueños de las montañas, la misma de la playa, invariable, fija, con su voz de hilo que teje la unidad y la armonía.
El túnel sigue abriendo su repertorio de aves en imágenes y de repente estoy sobre la tierra y soy un árbol, las plumas en mi espalda se elevan mientras hablo con el niño más grande que me enseña historias de lo que no he visto. Las aves se han ido pero yo siento sus cosquillas en mis raíces, me sale una voz del tronco, mis labios de mujer cantan para él. 
De vuelta a la ciudad que me he inventado, la reconozco porque he estado allí antes, en esa banca del parque veo la gente pasar, las flores violetas de otro árbol caer sobre el piso, me sacudo, no hay forma más bella de sentirme yo misma, hace frío pero la tibieza del sol está bañando mi cabello y mis mejillas, sonrío.  Después de todo sólo se trataba de volar.

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