miércoles, 6 de noviembre de 2013

HILOS SUELTOS

Todos perdimos nuestros nombres.

Frente al espejo fuimos de arena esparciéndose en el viento,
nos intentamos moldear con agua,
con esa sensación del agua corriendo entre las grietas,
amasándonos de nuevo.

No fuimos,
sino palabras que inventamos de nosotros mismos.

Nuestra confusión fue buscar juntarnos los pedazos,
no reconocer cada fragmento como parte del todo.

Nuestra pérdida de nosotros fue
aquella de la que no hicimos duelo,
los espasmos nos retuvieron juntando y juntando,
inagotablemente,
sin resultado alguno.

Tejiendo con la rueca de Penélope
sin asistir al viaje,
ausentes de cada peripecia,
enfrentándonos al reflejo de la alfarería innecesaria.

No hubo quien nos bautizara frente al lago.

Innominados en la foto eterna de una búsqueda
Nos perdimos tener cuidado con lo que deseábamos,
nos perdimos de la sorpresa de lo que no prevenimos.

Esa que podía hacernos una nueva versión
más cercana a nuestro nombre esfumado.

El hilo de lo que fuimos no volverá a tejerse.

Los caminos eran muchos
ahora sólo somos la costura que hilvanan de nosotros,
alguien nos reconstruye para su propio abrigo.

Del poemario Hilos Sueltos, en proceso de publicación (Ediciones Torremozas, España)

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